Es la primera vez que este chico de 23 años trabaja en una obra con el obrero iraní Arad Winwin, y no está dispuesto a olvidarlo. Todo empieza con un polvo. Arad lo lleva a su obra y rápidamente se le insinúa. El recién llegado se siente más que halagado de complacer a este hombre varonil, musculoso y guapísimo de los pies a la cabeza. Es con el mayor placer y excitación que se entrega a un Arad más musculoso y dominante que nunca. ¡Habían venido a construir, pero hoy es un culo que va a ser destruido !